martes, 25 de octubre de 2011

¿Y si...

-Venga, pequeño. Cómete la sopa.
-¡No!
-Sí, que son solo tres cucharadas.
-Mmm... - él seguía con la boca cerrada.
-Vamos a ver. No voy a hacer como cuando tenías dos años, que la cuchara era un avión que pedía permiso para aterrizar. Creo que después de tres años ya eres demasiado mayor para eso.
-¡Pero mamá! - aproveché ese momento para introducir un poco del líquido en su diminuta boca.
-Vamos, que ya sabes que, si no te comes la sopa, vendrá el hombre de la bolsa - bromeé.
Él se quedó pensando, y la frase que dijo a continuación se me quedaría grabada para el resto de mi vida.
-Mamá... ¿y si el hombre de la bolsa tampoco se quiere tomar la sopa?

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